Hace unas cuantas semanas, escribí en este blog sobre el aprendizaje de la lectura (aquí). A vueltas con el tema, encuentro en el periódico (versión digital) "El Correo de Andalucía" del 21 de agosto la siguiente noticia con fecha de junio:
"70 palabras por minuto: velocidad de lectura en Primaria
Daniel Cela Actualizado 22/06/2011 22:30
Educación asume un índice de eficiencia lectora para evaluar la capacidad de los alumnos de 7 años. Los resultados de la prueba Escala se entregarán por colegio, clase y alumno.
La lectura es el talón de Aquiles del estudiante y quizá del sistema escolar. La comprensión lectora tiene la función de sostener todo el proceso de aprendizaje y, si flaquea, el sistema se desmorona y la tasa de fracaso escolar afecta al 32% de alumnos.
La Consejería de Educación, a través de la Agencia de Evaluación, ha empezado a usar un instrumento para medir la fortaleza y debilidad del nivel de lectura cuando el niño tiene 7 años. Un índice de eficacia que se ha utilizado, por primera vez, en una prueba de lectura en voz alta que han realizado 32.228 alumnos (la más extensa de Europa). Ese ejercicio mide el hábito lector desde distintos parámetros: el modo, velocidad, exactitud, comprensión, nivel de identificación de ideas, reconocimiento de signos de puntuación, procesamiento sintáctico... Los alumnos leyeron en voz alta ante su maestro un texto de 213 palabras. La velocidad establecida para niños de 7 años es de 70 a 80 palabras por minuto. Esa horquilla garantiza la comprensión y la fluidez de lectura.
El ejercicio oral forma parte de la prueba Escala, que es el diagnóstico más prematuro que existe en el sistema escolar andaluz. Se aplica en 2o de Primaria y mide el nivel en escritura, cálculo y lectura. 98.866 alumnos la hicieron el pasado 31 de mayo y 1 de julio. Para las escuelas, los resultados estarán a final de mes, para las familias, en septiembre. La Junta los presentará en tres niveles: los del colegio, los de la clase y los de cada alumno. El consejero Francisco Álvarez de la Chica explicó ayer en el Parlamento que los datos "permitirán a los colegios compararse con otros de sus mismas características", que se comparen con centros del mismo contexto sociocultural para depurar la responsabilidad estrictamente educativa. Pero se mirarán en escuelas de otra provincia, no del mismo municipio, para evitar que confronten como en un ranking."
Perdónenme, porque no seré políticamente correcta esta vez. Tenemos a dirigentes políticos estúpidos que se sientan con pedagogos, funcionarios y profesores igualmente estúpidos ocupados en cargos de responsabilidad que se encargan de forma absolutamente eficaz en convertir en desastre lo que debería ser la normalidad: que los niños lean y comprendan el texto que han leído ¿Tan difícil es?
Ahora les cuentan las palabras que leen. Miren, si a mi me ponen de pie delante de otras veinte personas y sé que alguien está contando las palabras que pronuncio, es muy posible que (además ayudada por el entorno competitivo que se vive en las aulas) me dedique a leer de corrida sin prestar demasiada atención al contenido. Lo que significa que esta prueba es estúpida (a la medida de quienes la imponen).
Sé que los señores estúpidos que se dedican a neutralizar y desvirtuar la educación no leen mi blog, pero por si acaso, una receta:
- No intenten que todos los niños aprendan a leer a la vez y lean lo mismo del mismo modo. Eso no solo es imposible, sino que es el caldo de cultivo de los futuros fracasos escolares.
- Si quieren saber si un niño sabe leer y entiende lo que lee, denle textos que llamen su atención poderosamente. ¿Qué tal comenzar a leer con la alineación del Madrid o Barsa, con una historia de corsarios o con buena poesía?
- Dediquen tiempo a ampliar el tamaño de las letras al principio.
- Y, sobre todo, no les enseñen a leer, por favor. Ponga a su disposición herramientas adecuadas y responda sus dudas. Si les dejan en paz lo harán por sí mismos cuando llegue el momento. Cuando sientan la necesidad de leer, lo harán. Punto. Así hemos aprendido los seres humanos desde que el mundo es mundo y así lo seguiremos haciendo. Se aprende por amor, por pasión, por necesidad, por emoción, por orgullo, por dignidad...
Mientras tanto, espero que, al menos, se entretengan midiendo las palabras que caben en un minuto de lectura y en diseñar estadísticas con circulitos y quesitos de colores para... comparar ¿? ¿Se imaginan las conclusiones? ¿Y sus utilidades?
3 comentarios:
Hola Mónica,
Mi madre adora la lectura y en mi casa siempre tenía cuentos y libros a mano, probablemente por eso yo también me recuerdo disfrutando con un libro entre las manos.
No creo que el éxito de la lectura tenga que ver con el número de palabras, sino como bien dices con poner a disposición textos interesantes y permitir la libre exploración, en lugar de obligar a los niños a leer tostones lejos de su interés.¡ya verían como así aumentaría la velocidad, la comprensión y el gusto por la lectura!
Abrazos "por gusto"!
Hola Mónica!
Cuando esta mañana he leído esta nueva entrada, no he podido dejar de escribir mi opinión al respecto que he publicado en mi blog Espacio Interior. Sobre todo me nacía la necesidad de decir que no dejemos de leernos mayores y pequeñas, de contarnos... que no olvidemos que leer es un placer. Gracias por acercarnos este estudio de la junta y por tus palabras que han abierto las mías también.
Hola Magia:
Yo también creo que si un niño se encuentra en un ambiente rico en estímulos, va a hacer uso de ellos. Y si mamá y papá son lectores apasionados seguro que se preguntan qué hay de interesante ahí. Pero estoy segura de que a cada uno le llega su momento (que solo él sabe) para aprender a leer.
Hola Cosmos:
Creo que contar es mágico en sí mismo. Contra historias, leer en voz alta, explicarnos... da sentido y expresión al mundo interior del adulto y, por supuesto, del niño.
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