Hay personas que tienen la capacidad de inspirar. Nos transmiten sus ideas desde la sencillez y la ecuanimidad. A veces son ideas nuevas que requieren un tiempo de transición, la mente se revela porque se resiste a cambiar de forma de pensar. Es una comodidad pensar como lo hemos hecho siempre. Abandonar una idea caduca implica un esfuerzo o un soltar al que pocas mentes están acostumbradas.
Frente a esta resistencia habitual, hay personas que tienen el don de transmitir unas ideas que son más profundas o cercanas a la realidad que otras, que nos resuenan en el interior de una forma sutil pero manifiesta. Hay personas que, de alguna manera, han llegado a una percepción de la realidad diferente. La edad suele ser un bastón en el camino. A esto lo denominamos madurez. Pero hay personas que no necesitan la edad para caminar. Una de estas personas es Nicolás Villena. Nicolás es joven y tiene un blog pequeño, accesible, sin artificios. Uno de esos blogs en los que se pueden beber las buenas ideas, inspirador, relevante. Reflexiona en sus artículos sobre qué es la educación, para qué ha de servir aprender... con un análisis tan certero que no te puedes quedar indiferente.
Mas allá de la coincidencia de criterios y de sentido de la vida que compartimos, creo que su blog debería ser leído con esmero por todos los que pretende tener un papel activo en la educación.
A veces, las madres que escribimos en los blogs sobre maternidad y crianza, nos recordamos que otro mundo sería posible si otra crianza fuera posible. Desde luego, Nicolás es un ejemplo estimulante de que podemos cambiar, ordenar las prioridades y vivir en la felicidad que nos merecemos.
El enlace del blog es:
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