La maternidad tranquila

La llegada de un bebé a la familia es, primero una bendición y después una oportunidad única de crecimiento. En mi segunda maternidad y mis 41 años la tranquilidad y el placer y la contemplación van de la mano. Sirva este espacio para reflexionar sobre la maternidad tranquila, sin culpas, sin expectativas, sin cargas innecesarias.
Tus aportaciones son bienvenidas, así que, si lo deseas, comparte-te, fluye y disfruta.
¡Bienvenida!

martes, 20 de noviembre de 2012

Brave y las tramas de conversaciones


Desde hace algún tiempo quiero escribir sobre la película Brave. A estas alturas, sé que muchas la habéis visto. Ya sabemos que trata de una mujer/hija y su relación con otra mujer/madre. Siempre me he cuestionado cómo es posible que no hubiese más historias de madres e hijas en el arte y las construcciones culturales. Como era posible que siendo esa relación una de las más complejas y difíciles que tenemos en nuestra vida, ese grado de complejidad no se haya visto reflejado en la literatura, el cine, las artes plásticas o el teatro con la misma intensidad que otros conflictos ni tan generales ni tan evidentes. 
A veces me parece que leemos, vemos y soñamos la Odisea, el viaje de Odiseo una y otra y otra vez y que la gran producción cultural desde milenios está basada en esta apuesta del viaje del héroe al hogar. Una metáfora interesante que nos ofrece la visión periférica, la acción, lo externo. Mientras que lo intramuros aguarda, resiste, espera. En esta obra, la relación principal la ofrecerían Odiseo y las circunstancias, sus viajes y aventuras; mientras que la relación de la mujer Penélope y su hijo Telémaco pasa a un desteñido segundo plano. Porque se podía haber optado por contar la historia de la relación de estos dos y el resultado habría sido muy diferente. 
Justo en este momento estoy leyendo El Cáliz y la espada, la obra de Eisler Riane. En el prefacio, que firma el biólogo Humberto Maturana, se asegura que la cultura "es una red de coordinaciones de emociones y acciones en el lenguaje que configura un modo particular de entrelazamiento del actuar y el emocionar de las personas que la viven. (...) Más aún, mantengo que todo quehacer humano ocurre en el conversar, y que todas las actividades humanas se dan como distintos sistemas de conversaciones. (...) y que una cultura se transforma en otra cuando cambia la red de conversaciones que la constituye y define."
Ahí es nada. La cultura es la conversación, lo que nos contamos, donde enfocamos la mirada en la realidad y lo que narramos de ese encuentro. De ser así, la película Brave tendría un valor más profundo del que se le ha dado. La primera película de animación de una multinacional que apuesta por el protagonismo de la relación maternofilial. Además, en vez de representar el viaje exterior de la pareja protagonista, el viaje que nos muestra es el interior, la vuelta a casa es una maduración y aceptación de la otra. Ójala esta sea solo la primera de futuras  películas en las que la narración y el enfoque modifiquen el diálogo y la conversación. Que sirva como semilla para el florecer de otra cultura. (Nótese como en la historia, es una mujer valiente, que desafía el orden establecido quien consigue la victoria...)

Por cierto, no tengo ni que decir que la visión es tan intrínsecamente "femenina", que sin saber de quien era, es fácil averiguar que el lenguaje y el fondo está escrito por una mujer/madre. Por una madre que sabe, que cuenta y que acompaña. Por cierto, Brendan Chapman, que es el nombre de esta mujer, denunció a la Pixar por haberle cesado de sus funciones como directora en mitad de la producción de la película. Al final, la película cuenta con otros dos nombres más en la dirección: Steve purcell y Mark Andrews. 
Ante este hecho, y dado que la idea es originaria de ella, la directora (cesada) ha declarado: 

“El último año y medio ha sido muy doloroso […] Cuando Pixar me obligó a dejar la película, que yo había inspirado en mi relación con mi hija, fue devastador, y más aun que se encargase a hombres su culminación, cuando sus ideas acaban siendo las mismas que tuvo antes una mujer y, sin embargo, en su caso son aceptadas."

Nada más lejos de mi ánimo que levantar debates sobre el machismo (que podría, pero agotan). No es eso lo que quiero señalar. Lo que me interesa es que, una vez ha ocurrido esto, Brenda no deje jamás de contar historias, que no desfallezca, que continúe siendo el eslabón que nos lleve desde la dialéctica de la lucha a la conversación de las relaciones solidarias y de encuentro. Que a través de su mirada y sus palabras, de la conversación que despierta su historia, podamos descansar en el regazo tranquilo de una sociedad que ama. 

No hay comentarios: