La maternidad tranquila

La llegada de un bebé a la familia es, primero una bendición y después una oportunidad única de crecimiento. En mi segunda maternidad y mis 41 años la tranquilidad y el placer y la contemplación van de la mano. Sirva este espacio para reflexionar sobre la maternidad tranquila, sin culpas, sin expectativas, sin cargas innecesarias.
Tus aportaciones son bienvenidas, así que, si lo deseas, comparte-te, fluye y disfruta.
¡Bienvenida!

jueves, 21 de abril de 2011

Los hombres también tienen voz

11 comentarios:

Enrique dijo...

I´m sorry, Mónica, but I can´t understand it.

Seguramente estará bien el vídeo, pero no tiene subtítulos. O por lo menos a mí no me aparecen... xD

Saludos.

Enrique dijo...

Ya me han explicado cómo ver los subtítulos y he conseguido ver el vídeo.

Por un lado estoy de acuerdo; de acuerdo en que la mujer ha sido oprimida a lo largo de la historia y de acuerdo en que hay que mejorar el mundo, llenarlo de igualdad y justicia, y liberar a la mujer.

Pero estoy en desacuerdo en su enfoque sexista.

Trata a todo hombre como malo, como esclavizador; y a toda mujer como buena, intuitiva, sanadora, dadora de vida.

En primer lugar, yo no he esclavizado ni quemado a ninguna mujer en la hoguera. Yo no tengo que pedir disculpas por los actos cometidos por hombres de un pasado que a mí no me corresponde.

Mi cometido es el de tratar de ayudar, en tanto que eso quiero hacer; mas yo no soy culpable de lo que hicieron antaño otros hombres.

En segundo lugar, estoy en desacuerdo en el enfoque que da sobre lo masculino y lo femenino. ¿Qué es lo masculino y qué es lo femenino? Estoy de acuerdo en que somos diferentes biológicamente y que hay hombres y mujeres. No puede negarse. Pero, ¿hasta qué punto existe lo masculino y lo femenino? ¿En los gustos; en que a las niñas les gusta el rosa y a los niños el azul? ¿En que a los niños les gustan los coches y a las niñas los muñecos? No. En eso estoy totalmente en contra. No creo en una energía masculina y en otra femenina; ni en gustos masculinos y gustos femeninos; ni en una psique masculina y otra femenina. Creo en una mentalidad, actitud y aptitud, en un gusto, en gestos en esencias individuales.

Cada ser humano es una especie en extinción; un ser independiente de cada otro ser. La cultura, nuestra propia biología y la educación nos conforman como seres que nada tienen que ver con otros. No creo en una agrupación masculina y otra femenina. Creo en el poder, la energía, la esencia de cada persona en concreto, sin distinguir entre hombres y mujeres.

No estoy de acuerdo en pensar que las mujeres se guían por la intuición y que los hombres hemos impuesto la lógica. Falso. Craso error sexista que lleva a una guerra entre sexos. Las mujeres también siguen la lógica. O, por lo menos, unas sí y otras no. E ídem por los hombres: unos sí y otros no. O, al menos, todos nos regimos por la lógica y la intuición.

Este trata a la mujer como un ser divino. Y para mí divino no es ningún ser. Y si tuviese que serlo alguien, no sería la mujer por ser mujer, sino aquel individuo, sin importar su sexo, que mereciese ser visto de ese modo.

Este vídeo habla sobre todas las mujeres como diosas, como la créme de la créme. Y mira, no estoy a favor de tratar a las mujeres como seres despreciables por el hecho de ser mujeres. Pero tampoco estoy a favor de tratarlas a todas como diosas. Cada ser humano, como he dicho, es un mundo. Cada cual es como es. Y unas mujeres serán buenas y otras malas.

¿O es que acaso no existen mujeres que maltratan a sus hijos/as y hombres que les tratan mejores de lo que la humanidad trata de hacernos pensar? ¿No existen, acaso, mujeres que se han guiado por la razón y han logrado Premios Nobel y hombres que jugaron con la intuición, como Isaac Newton, para dar con la "Ley de la gravedad"?

Hay de todo, pues somos más de 6 millones de habitantes en el planeta.

Veo con malos ojos tratar a las mujeres por un lado y a los hombres por otro. Creo, pienso, siento (porque los hombres también sentimos)... que hay que ver entre personas y personas. Hay que ver un grupo en cada ser individual.

Besos.

Anónimo dijo...

Este vídeo me parece triste y contradictorio. Todos tenemos potencias masculinas y femeninas, pero luego sólo las mujeres merecen disculpas.

La cantidad de hombres damnificados por este sistema se acumulan en los libros de historia, pero parece que los hombres sí merecemos el daño (no me extraña que se tenga como afirmación implícita, sólo hay que fijarse en la cantidad de veces que un hombre recibe violencia física en la cultura popular, y la cantidad de veces que hombres y mujeres educan a los críos para que no lloren, que ellos son hombres y tienen que comerse el daño, físico y emocional, a espuertas). Lo cual no quiere decir que esté en contra de la representación ficticia de la violencia, claro. Pero ahí está.

Y sobre las energías masculinas y femeninas, Enrique, yo lo veo como una forma de decir que todos tenemos potencias activas, "agresivas" (asertivas), y potencias receptivas, amatorias. A los hombres se nos enseña, culturalmente, a potenciar las primeras y despreciar las segundas, y a las mujeres a la inversa. Pero con meditación y un poco de reeducación sexual esto se puede equilibrar.

Al menos a mí me ha servido.

Mónica Felipe-Larralde dijo...

Gracias por vuestras aportaciones. Yo creo que el termino no es machismo (prevalencia del hombre sobre la mujer) sino patriarcado. En el patriarcado (sociedad basada en la competitividad y la jerarquía - el hombre sobre la mujer, los adultos sobre los niños, el niño mayor sobre el pequeño), hemos perdido todos.
Las mujeres, por supuesto, pero también los hombres. Las mujeres hemos sido víctimas: nos han violado (las mujeres no violan - al menos estaréis de acuerdo con eso -, explotadas, cambiadas, casadas sin consentimiento, sin poder acceder a una educación o puesto de trabajo...
Los hombres os habéis matado, masacrado en guerras y luchas, habéis perdido la ternura y el amor e históricamente, os habéis esclavizado y explotado los unos a los otros.
Todos hemos perdido y a todos nos queda reinventarnos. Y creo que vamos por buen camino cuando se levanta el debate y las ganas de compartir y expresar.

Anónimo dijo...

Sí, y entiendo tu postura y hasta cierto punto la comparto, pero fíjate que incluso así planteas la cuestión como una cuestión en que las mujeres fueron víctimas y los hombres "nos" esclavizamos... Lo cual implica que el hombre frágil queda de nuevo implícito: ¿qué pasa con el esclavo? ¿Decidió esclavizarse por el bien del sistema patriarcal o fue, también, una víctima con poco poder de decisión sobre su condición?

Es un tema que me fascina desde hace tiempo, desde que leí a Robert Anton Wilson. Él resaltaba que el auge del feminismo estaba poniendo sobre la mesa el perjuicio hacia las mujeres... pero nadie, ni hombres ni mujeres, hablaban del dolor, muchas veces directamente físico, de los hombres.

A mí me marcó porque simplemente sentirme reconocido en eso me sirvió para liberar un montón de daño psicológico, en gran parte ejercido por una figura femenina a las que temía sacar del pedestal precisamente por esa glorificación implícita en tantos sitios, no sólo en este vídeo.

Por supuesto me doy cuenta que los primeros en ejercer esa castración psicológica, después de la educación en casa (supongo que cada vez menos), son los propios hombres. Yo cuando veo o leo la enésima historia de acción y violencia la disfruto a tope, como una catarsis, al modo en que, imagino, funcionaba en la mitología, en los relatos. Pero luego me distancio de ello y lo adapto como una forma de darme ánimos para enfrentarme a mis miedos, y lo entiendo sólo como una parte de mí, no como si eso fuera todo lo que hay para un hombre, el conflicto y nada más. Pero sólo hace falta mirar a mi alrededor y ver lo poco que mis amigos entran en historias de otro corte, metafísico, emocional, romántico o erótico, y ver lo mucho que abundan en esos cascarones vacíos de agresividad y rabia...

En fin. De todas formas no me gusta hablar en términos de género, porque de lo que más me he dado cuenta es que en general hombres y mujeres puestos en temas de instrospección y meditación siguen caminos simétricos para liberarse las cargas culturales que les meten; si a uno le falta ternura a la otra asertividad, etc. Así que tampoco es que trate ahora de que parezca que esta cuestión es la única problemática existente en el mundo.

Disculpad por el tocho que me ha salido :D

Enrique dijo...

Estoy de acuerdo en que al hombre se le educa para ser agresivo y a la mujer para ser más tranquila y sumisa.

Mas esto no ocurre en todas las sociedades. Si leéis "Sexo y temperamento en tres sociedades primitivas", de Margaert Mead, podréis observar cómo en Nueva Guinea existen tres culturas (habrá más, pero éstas fueron las que se estudiaron), a saber: 1- Arapesh, cuyos hombres y mujeres son lo que en nuestra cultura denominamos como "maternales". Todos/as son tranquilos/as y cuidan de los/as niños/as. 2- Mundugumor, cuyas mujeres y hombres son brutos/as. 3- Los Tchambuli, cuyos hombres son quienes se hacen rulos y van de compras, mientras que las mujeres no.

Estoy de acuerdo que es algo educativo. Pero el problema de este vídeo, en mi opinión, es que no muestra el problema como algo cultural, sino como algo esencialista: los hombres por esencia son agresivos y han sido malos con las mujeres; y las mujeres, en esencia, son amorosas y cuidadoras, y han sido víctimas constantes.

Y no se trata de hombres culpables - mujeres víctimas, en mi opinión. Sino de hombres y mujeres víctimas, y de hombres y mujeres culpables (aunque en mayor medida los hombres).

Pero tened en cuenta, además, que las mujeres también promueven el patriarcado. Tened en cuenta que en nuestra sociedad se promueve que la mujer se quede en casa mientras el marido trabaja. Y si es la mujer quien cría y educa a sus hijos/as, es la mujer el primer factor que promueve el patriarcado (siendo también el hombre culpable por no haber estado presente para impedirlo y por promoverlo igualmente cuando llega a casa).

Saludos.

Mónica Felipe-Larralde dijo...

Hola a los dos:
A ver si conseguimos ponernos de acuerdo en algo:
Para el taoismo, la mujer es energía yin (receptividad, debilidad, etc.) por fuera y yan por dentro (fuerza, dureza...); mientras que el hombre es yan por fuera y yin por dentro.
Y si os fijáis hemos perdido todos, porque a la mujer se le ha negado el yan y al hombre el yin, o sea, que nos hemos dejado guiar solo por el exterior y no hemos tenido acceso a la energía interior.
Enrique, para mi no es igual ser hombre que mujer. No lo es porque biológicamente no lo es; porque físicamente no lo somos, pero tampoco nuestro cerebro funciona igual, como está demostrando la neurociencia. Los cerebros del hombre y de la mujer maduran en ritmos diferentes en la infancia y desarrollan diferentes capacidades cognitivas. Un ejemplo más: se ha demostrado que cuando las mujeres estamos entre mujeres segregamos oxitocina (la famosa hormona del amor). Algo que no sucede cuando los hombres se juntan.
Dicho esto no creo que, desear que las mujeres puedan (no que tengan la obligación) criar a sus hijos como les apetezca - incluso dejando el trabajo - pertenezca a una concepción machista ni patriarcal Lo sería si a mi me pareciera que es mejor trabajar en el exterior que criar a los hijos.
Observa la paradoja que se produce en nuestro sistema. Si yo decido criar a mi hija y dejar la vida profesional momentáneamente o para siempre, se me considera machista o una decisión patriarcal. Si decido que otra persona críe a mi hija y le pago un sueldo por ello, entonces no hablamos de patriarcal ni de machismo y puedo decir que soy feminista porque trabajo.
En realidad lo que hay es un sistema capitalista que ha decidido que las mujeres nos incorporemos al mercado laboral (en condiciones fragantemente peores) de manera que al haber más oferta de mano de obra, pueda abaratarse. Lo que hay es una necesidad del sistema de que los hijos sean criados en el patriarcado, sin el apoyo, el amor y los cuidados que una madre puede dispensar a las criaturas, porque, ahora, por un momento, piensa, si le preguntaras a un bebé con quién quiere estar ¿qué crees tú que te respondería? ¿Con el tipo de la guardería que casi no conoce, con la asistenta que acaba de entrar por la puerta o con mamá y/o papá?
Y en los primeros tres años de vida, te responderá el 95 %, con mamá. Es que nosotras parimos, los llevamos nueve meses en nuestro interior y el niño y la madre comparten un mundo que le es propio.

La cuestión es que la guerra de sexos es otro invento del sistema que nos permite desviar la atención de lo que realmente importa. Lo que importa es tomar conciencia de quien es uno/a y vivir la vida que nos parezca mejor, fuera de ataduras mentales e ideologías que nos constriñen y limitan.

La mentalidad patriarcal la tenemos todos, hombres y mujeres, por eso no somos las mujeres buenas y los hombres malos. No creo haber escrito eso nunca (desde luego, si lo he hecho no lo pienso). Se trata de enfoques erróneos de la vida. De asumir que la jerarquía es la forma de funcionar y que la competencia no sólo es buena sino deseable. Y así fracasamos todos, porque los conceptos de los que partimos para vivir son erróneos.

Puede que tú no hayas quemado a ninguna mujer en la hoguera por bruja, pero eso no significa que el hecho no esté presente en el inconsciente colectivo de la humanidad. Te invito a leer en el blog de estudiosobreelutero, las entradas en las que las mujeres reconocen haber accedido al dolor que, como mujeres, la humanidad carga (Llanto de mujer I, II y Echart Tolle).
(Sigue abajo)

Mónica Felipe-Larralde dijo...

Pero Enrique el patriarcado no es que una mujer quiera quedarse en casa a criar a un hijo. El patriarcado es considerar que criar a un hijo es un trabajo menos prestigioso que, por ejemplo, educar a los hijos de los demás. Yo he sido profesora de universidad y ahora he decidido voluntariamente atender a la educación de mi hija. No se puede considerar mi actitud como machista. Más bien deseo que mi prole reciba la mejor atención y los mejores cuidados y crecer como ser humano junto a ellos. Lo que he hecho es renunciar al sistema de trabajo capitalista, no a mi dignidad, ni a mi crecimiento personal ni a los deseos que e mi brotan. Por si te interesa saberlo, nunca en mi vida he sido tan libre y feliz. ¿Deberían hacerlo todas? No, solo aquellas que les apeteciera.
¿Debería la sociedad valorar mi opción? Por supuesto, debería tener derecho a un sueldo y a una posterior pensión. La misma que recibe aquel que cuida al hijo de otro.
¿Es posible en esta sociedad? No, porque vivimos en una sociedad patriarcal inmersa en una economía capitalista que solo valora a los individuos en tanto que mano de obra.

Un abrazo, chicos y gracias por iniciar tan interesante debate.

Anónimo dijo...

Sí, yo sigo mucho la simetría taoísta en este aspecto; de hecho, ésta y su metodología sexual (para hacer a los hombres y las mujeres multiorgásmicos, etc.) fue el primer empujón en mi larga trayectoria de desprogramación, y gracias a eso recuperé mi feminidad primero, y mi masculinidad después.

No entro tanto en si las diferencias biológicas son tantas, porque en general prefiero paradigmas posibilitadores y en general llevo años maravillado con hasta qué punto tenemos plasticidad... pero sí que, al menos culturalmente, siento que los hombres tienen que aprender a sentir sutilmente y las mujeres a afirmarse con autoridad, asumiendo que no pierdan lo anterior por el camino (que es lo que, imagino, les ha pasado a muchas mujeres en el mercado laboral, donde son verdaderos expertos en anestesiar las conciencias de la gente).

Realmente pienso que ésa es la forma de salir de una vez de este sistema... y de la dichosa guerra de sexos.

Un saludo.

Enrique dijo...

Mónica:

Para mí no es patriarcal que una mujer quiera quedarse en casa a cuidar a sus hijos/as. Creo que yo no he dicho eso en ningún lado...

Para mí patriarcal es considerar:

1- Que toda mujer, sí o sí, debe quedarse en casa a cuidar a sus hijos/as y no tenga la libertad de elegir otra cosa; lo cual, en mi opinión, se soluciona proporcionando una educación abierta a todas las posibilidades, y no cerrada, restrictiva y sexista.

2- Que toda mujer, sí o sí, deba trabajar fuera del hogar y no pueda ejercer su pleno derecho de cuidar a sus hijos/as; lo cual, como he dicho en el punto 1, se soluciona con una educación abierta, además de proporcionar una baja por maternidad en buenas condiciones.

3- Considerar que la mujer es la única y mejor capacitada para criar, amar y educar; y por ende dificultar o impedir al hombre la posibilidad de hacer este trabajo. Es decir, que el modelo sea siempre, siempre, y por norma social, el de mujer en casa y el hombre a trabajar. Lo cual, bajo mi criterio, se soluciona también con una educación no sexista ni patriarcal, y proporcionando una baja por paternidad equivalente a la de la mujer e independiente.

Respeto tu decisión de cuidar a tu prole. Me parece fantástico. Debería hacerlo todo el mundo que tiene hijos/as. Pero me desilusiona que exclusivamente sea la mujer quien lo hace y que la sociedad inculque que solamente vosotras podéis y debéis hacerlo.

Besos.

Gunther Emde dijo...

Hola, me sumo a las reflexiones tan interesantes que habéis expresado.

Históricamente parece producirse una respuesta por parte de los colectivos que han sido humillados. Por ejemplo, hoy nos quejamos de la conducta de los alumnos, pero quizás sea una respuesta (colectiva) a los siglos de humillaciones sistemáticas hacia la crueldad desmedida de muchos profesores.

Después del Holocausto parece "normal" mirar con recelo cualquier cosa que tenga que ver con Alemania.

Que los negros en algunos casos inicien revanchas contra los blancos también sería una respuesta de esa clase.

Es obvio que los hombres han ejercido presión y violencia sobre las mujeres, y por ello aparecen vídeos como el expuesto.

Sin embargo, tras unos años de "revanchismo primario" que podría considerarse normal, deberíamos trascender unas acciones que no hacen más que perpetuar el conflicto. Yo creo que estamos cerca de alcanzar este punto de equilibrio, en el que dejemos de acusarnos mutuamente de lo que hicieron nuestros antepasados.

Mónica, sólo quería comentarte que la violencia de la mujer puede ser incluso más destructiva que la del hombre. Es cierto que la mujer no viola, pero millones de niñas son mutiladas genitalmente por obligación materna (y también de sus padres, que no hacen nada para impedirlo) Millones de hombres y mujeres han sido literalmente destruidos por una madre obsesiva, que ha "violado" de forma sistemática el alma de sus retoños durante muchos años, día tras día con muy violencia psíquica (¡y física!) muy brutal.

Es hora de re-dirigir todos estos sentimientos hacia el interior de cada uno, en vez de "culpar" a otros. Creo que está bien señalar lo que ha ocurrido, como reacción primaria normal, pero después de eso hay que procurar cambiar uno mismo.

En ese sentido, Mónica, te FELICITO por tu blog, por tu sentir hacia la infancia, tu labor es una luz que ilumina numerosos aspectos que deben ser mejorados. Recibe un saludo cordial.