La maternidad tranquila

La llegada de un bebé a la familia es, primero una bendición y después una oportunidad única de crecimiento. En mi segunda maternidad y mis 41 años la tranquilidad y el placer y la contemplación van de la mano. Sirva este espacio para reflexionar sobre la maternidad tranquila, sin culpas, sin expectativas, sin cargas innecesarias.
Tus aportaciones son bienvenidas, así que, si lo deseas, comparte-te, fluye y disfruta.
¡Bienvenida!

viernes, 19 de junio de 2009

Antonio Blay Fontcuberta, El Trabajo interior

El ser humano crece. Y tiene una necesidad de crecer. Pero este crecer se manifiesta en el sentido de que van surgiendo impulsos nuevos. Si estos impulsos nuevos no están frenados por ningún modelo, por ninguna censura, los impulsos se van actualizando, que es tal como crecen los animales: (y tal como crecerían los seres humanos si se encontraran en unas condiciones ideales). Entonces no hay ningún programa, la misma naturaleza hace que se ejerciten las cosas que empujan por dentro. Es una experiencia actual, no es un proyecto. Después se descubre que los juegos del animal son una preparación para poder sobrevivir cuando sea adulto; aprender a pelearse, a ser fuerte, a resistir..., entonces te das cuenta que hay una inteligencia que está en acción, pero no es que el animal tenga el proyecto de prepararse para el futuro en que él deberá vivir de lo que haga o sepa.
La preparación se va produciendo en cada instante como una experiencia actual, viviente, no como un proyecto que necesita unos medios para llegar a un fin. Entonces la vida se estaría expresando plenamente en cada momento, y a medida que se fuera creciendo se iría expresando con más amplitud, o con más potencia. No habría problemas de comparación con modelos.

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