La maternidad tranquila

La llegada de un bebé a la familia es, primero una bendición y después una oportunidad única de crecimiento. En mi segunda maternidad y mis 41 años la tranquilidad y el placer y la contemplación van de la mano. Sirva este espacio para reflexionar sobre la maternidad tranquila, sin culpas, sin expectativas, sin cargas innecesarias.
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martes, 29 de enero de 2013

Derechos y obligaciones

Os dejo un artículo mío que han publicado en el blog de ALE, Asociación para la Libre Educación (http://aleenred.blogspot.com.es). Da qué pensar...


Derechos y obligaciones


Derechos y obligaciones

Hace pocas semanas supimos de la noticia de una nueva sentencia en contra de la educación en casa. En este caso una pareja, ambos profesores de primaria, habían decidido sacar a su hijo de un colegio donde no estaba de acuerdo con la línea pedagógica y educar en casa. El juez que ha elaborado el fallo, en un alarde de equilibrismo lingüístico, ha dejado registrado en la sentencia:

La «potestad» que tienen los padres de dar a sus hijos una formación «integral» no significa que puedan instruirlos «a su libre albedrío», esto es, como les dé la gana. «No pueden atribuirse unos derechos que corresponden a los hijos y no a las padres, como es el derecho a la educación.

Parece más bien un salto dialéctico con doble tirabuzón. Dice textualmente: No pueden atribuirse unos derechos que corresponden a los hijos y no a los padres, como es el derecho a la educación.

Ahí es nada. Porque que un magistrado confunda derecho con obligación es algo peliagudo. Un derecho es la potestad que tiene el individuo para hacer o exigir cuanto la ley o la autoridad establece a su favor. Por ejemplo, tenemos derecho a una sanidad pública (por ahora) lo que significa que puedo exigir ser asistido en ella en caso de enfermedad y la opción para acudir a otras vías privadas o alternativas.

Pero una obligación es, como todo el mundo imagina, una imposición que debe regir sobre la libre voluntad. Es decir que si en vez de tener derecho a la sanidad pública, tuviera la obligación de ser curado en la sanidad pública, implicaría que no puedo elegir no tratarme (tengo la obligación de estar sano) y, que además, he de hacerlo en los centros públicos.

Podéis probar a hacer el mismo experimento con el derecho al voto y convertirlo en obligación.

Así que el niño, según esta sentencia, tiene el derecho a ser educado (no la obligación). Mientras que los padres tenemos la obligación (que no el derecho) de educar a nuestros hijos. Pero una vez que dice esto, y para que encaje con el sentido que quiere darle a la resolución, le da la vuelta en un salto mortal con giro y termina sentenciando que lo que tienen el niño y los padres es la obligación de educarse de acuerdo a las normas del estado. Pero como no queda bonito estatalizar de forma tan vehemente, utiliza la palabra derecho para definir una obligación. Porque si el niño tiene el derecho a ser educado, significa que puede elegir ser educado o no y cómo hacerlo. Y del derecho constitucional a educación no queda más que la sombra en esta sentencia. No sé vosotros pero a mi esto me huele a fascismo. 

Monica Felipe-Larraide

3 comentarios:

Esa niña que vive dentro de mi dijo...

A mí también, Mónica... y no sólo a fascismo, sino a "control mental" a través de las escuelas. Si no, ¿a qué viene tanta manipulación disfrazada de términos como "derecho"?. Este tipo de demagogias son las que me hacen sospechar...

Mónica Felipe-Larralde dijo...

Sí, es bastante sospechoso convertir un derecho en obligación.

Piedra dijo...

Fascismo del bueno, como dios manda. Pero al que no le guste es antidemócrata y es ETA.