La Atención Sostenida, por Mónica

Historia de la disfunción:

Por educación y una cierta tendencia natural, los seres humanos perdemos en los primeros años de vida la capacidad de estar "centrados", es decir, de situarnos en nuestro interior de una forma estable, de manera que lo que ocurre alrededor no ocupe todo nuestro Ser. Por ejemplo, los adultos solemos dejarnos llevar por las emociones, navegamos a la deriva dejando constantemente que las impresiones del exterior nos afecten gravemente. Si alguien hace un comentario negativo sobre nosotras, podemos pasar días enganchadas a la crítica o al juicio o al enfado y la indignación que ese comentario nos ha causado. No nos damos cuenta que esas emociones no tienen su base en la realidad o experiencia directa, si no en los pensamientos, ideas de cómo debían ser las cosas, expectativas, deseos de gustar al otro, etc. Naufragamos constantemente en un mar mental que nos aleja de la realidad. Así, podemos estar dando de mamar y a la vez estar repasando mentalmente la lista de agravios que tal persona nos ha hecho o aquello que ocurrió hace diez días...

No hay salud mental posible en esa amalgama de emociones y pensamientos que se suceden y nos llevan de un lado para otro.

Qué es la Atención sostenida:

La Atención sostenida es una técnica básica y muy eficaz de distanciarnos de los pensamientos y emociones y no hundirnos en o con ellos. Es una técnica relativamente sencilla. Se trata de traer toda tu atención a lo que se está haciendo en este momento. Sólo a lo que se hace en el presente. Toda mi atención se dirige hacía la acción de forma que los pensamientos y emociones dejan de convertirse en mi mundo y podemos abrirnos a la experiencia real de la vida (no a la percepción subjetiva de ideas y pensamientos que habitualmente la filtra).

Cómo llegar a la atención sostenida

Aunque parezca algo difícil, no lo es y en algún momento de nuestra vida hemos hecho uso de ella. Por ejemplo en algún momento en el que se requiriera toda tu atención para sobrevivir. Si habéis hecho deportes como la escalada, o atravesado un paso difícil de montañismo sabéis que en ese momento la mente cesa su diálogo incansable y se centra exclusivamente en la actividad que se estaba llevando a cabo.

Práctica diaria:

Os sugiero empezar cuando realicéis labores físicas, por ejemplo, mientras fregáis los platos, o cortáis comida, limpiáis, etc (es una excelente meditación). Cuando estéis haciendo esto, poned vuestra atención a las manos, mirarlas como si vierais una película, como se mueven, que sientes, frío, texturas, etc. Toda la atención está allí; al poco tiempo, vuestra mente comenzará otra vez su diálogo, entonces mirad también el diálogo de la mente, y si el discurso mental atrae emociones, mirad también las emociones. La impresión que da es de haber despertado, después de dormir. Podéis ir ampliando ese tiempo y podéis probar con otras actividades: en una conversación con otro, como camináis, como amamantáis, etc.

Es también muy evidente cuando camináis de forma lenta. Poned toda vuestra atención al andar, los músculos, equilibrio, ritmo, etc. veréis como llegáis a tener un estado de serenidad, de centro, de quietud. Ese es el equilibrio que permite no alimentar el dolor y el drama personal.

Nota: Podéis dejar experiencia y sugerencias en el blog que nos ayuden a todas.